viernes, 17 de julio de 2009

lo hacen como son

casualmente esta historia surge con la cancion 15step jaja de radio head!! amoese grupo

Lo hacen como son

Ríen a carcajadas en el callejón como si hubieran escuchado la broma más cómica del mundo, con un sonido similar al repique del viento y al mismo tiempo semejante a miles de sierras a punto de asesinar.

Lo que precisamente hacen.

Es James la que sostiene los brazos de la muchacha -con uniforme de colegio y largo cabello castaño- tras sus espaldas y es Victoria la que, con un movimiento veloz e invisible, le gira el cuello. La cabeza de la joven cae a un lado, sin vida, y él se apresura a beber. Le clava los dientes, desgarra la piel, succiona la sangre y cierra los ojos con una lujuria teñida en sed.

No es necesario que dos vampiros se encarguen de matar a una sola persona, pero ellos lo hacen no porque lo requieran. Es porque siempre ha sido así, de a dos. Son un equipo, son aliados, son socios. Hacen todo el uno junto al otro.

Cuando James es el que atrae a las mujeres con una media sonrisa intrigante, es Victoria las que luego les parte el cuello. Cuando ella es la que usa una falda diminuta para que los hombres la sigan mirando embobados sus piernas, es James el que golpea sus cabezas –preferentemente contra una pared- para asesinarles.

Incluso suelen compartir el premio.

James es generalmente el que bebe primero, aunque de vez en cuando se hace un lado, gesticulándole a Victoria con la mano y diciendo ‘las damas primero’ como si fuera un caballero. Ella usualmente toma lo que queda, la sangre final, la que considera más espesa y cálida, las últimas gotas de vida. Otras veces está demasiado sedienta como para esperar y le golpea el brazo a James diciéndole que se haga un lado porque está famélica.

Siempre hacen el amor luego de eso.

Con un cadáver de testigo y sangre en los labios, se arrancan la ropa –luego la reemplazarán, probablemente después de unos cuantos asesinatos adicionales- y caen al suelo. Se devoran, se atacan, se agreden con besos que parecen mordiscos. James gruñe cuando ella recorre con las uñas las leves cicatrices de su pecho y Victoria gime con un sonido ronco cuando él le mete la mano entre las piernas como si allí fuera donde perteneciera. Se frota contra él, felina, con la mirada frenética. Su pelo rojo fuego se extiende por el suelo mientras él le apresa las manos por encima de la cabeza.

Lo hacen como son: rápido, brusco, salvaje y violento.

Se recuperan con rapidez, encuentran a dos personas más en la acera, terminan sus vidas con la facilidad de la práctica adquirida a través de los años y se colocan la nueva ropa mientras se sonríen con malicia el uno al otro. James murmura que ‘cada vez es mejor’ mientras se abrocha los botones de la camisa y Victoria, sólo para él, se relame los labios con la punta de la lengua mientras se coloca la falda.

Y dos semanas después, el proceso se repite.

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