martes, 22 de septiembre de 2009

TEAM EDWARD!









PARA LAS QUE AMAMOS A ESTE VAMPIRO SEXY!

TEAM JACOB!







PARA LAS FANATIICAS DE ESTE LOBIITO^^

VULTURIIS











nota del autor

Ola ChiiCoos y Chiicass liindas del blog familia cullen mexiico
bueno pues ya se que me querian asesinar si lose
bueno akii estoi inuevamente actualizando le sprmeto actualizar ma seguiido ya les dii miis razoones no le hagan nada al señor cosuquillon
por favor que escuchar ami mariido llorar
por el no es nada agradable..
bueno les dejo otras imagenes de mi colecciion para k vean k als kiero
estas son de los vulturiis
espero les gusten y nos leemos
mañana actualizare otro capitulo les prmeto
besos
tenganme paciencia por favor
mii inspiracion y musa se largo a volterra y me dejo por jane
pro bueno
aki iandare aparecio mi emmy humano por eso tambiien he estado "ocupada"
las kiero
besos ala familia^^

mi primer periodo capitulo 3

mi primer periodo capitulo 3


Cap 3
Desastre en el supermercado

Jasper pov
Después de que Rosalie y Alice nos manipularan a Emmett y ami, salimos hacia el supermercado la verdad eso de que a nessie le llegara el primer periodo era algo confuso para mi, no se supone ¿que ella era vampira?, llegamos y nos estacionamos en el primer lugar que encontramos, -y bien -dijo emmett mirándome una vez dentro de la tienda, -bueno pues amm supongo que deberíamos ir a buscar “eso” – dije mirando ami hermano, -espera dijo emmett cuando dices “eso” a que te refieres Jaspy- mi hermano si que era un TARADO, suspire y me relaje, -camina emmett dije mientras miraba a las personas, tenia un poco de sed todavía, entonces emmett me jalo del brazo,-¿Qué sucede emmett?- pregunte ami hermano, -bueno, ¿deberíamos llevar una cosa de esas no?- dijo mientras señalaba a una señora con un carrito de supermercado, -si supongo dije mirándolo entonces tome un carrito de mercado, la verdad me hacia ver afeminado pero bueno, supongo seria lo mas normal en los humanos ¿o no?
Camine empujando el carrito, entonces mire a emmett a mi lado, la expresión en su rostro me daba miedo, y sus emociones aun mas, -¿Qué sucede?, -bueno Jasper dijo emmett QUIERO SUBIRME AL CARRITO! dijo mi hermano mientras se trepaba en el carrito, la gente nos miraba y eso era malo, -bájate de ahí emmett- dije en un susurro pero emmett no se bajaba, suspire una vez mas y al saber que tratar de bajar a emmett del carrito iba a ser una batalla perdida, entonces empuje el carrito evitando las miradas de las personas,-Mas rápido Jasper!- Dijo mi hermano, -¿quieres callarte?, dije enfadado, pasamos por varios pasillos, amm -¿Dónde se supone que deberán estar?, no lose contesto emmett divertido, entonces pasamos por el área de vinos y licores, - ¿jasper? Susurro mi hermano mientras se bajaba del carrito y tomaba una botella de Bacardy añejo, ¿ahora que emmett? No se como lo lograba pro mi hermano acababa con mi paciencia, ¿no crees que deberíamos hacerle una fiesta a nessie por su primer periodo?, -no creo que sea buena idea emmett, definitivo mi hermano no era TARADO era un IDIOTA!!, tome el carrito y seguí buscando aquello, pasamos por el área de perfumería, área de electrodomésticos, área de bebes, y en cada una de ellas emmett había hecho una pregunta estúpida, entonces se nos ocurrió preguntar a una señorita,
- disculpe el área de amm ¿niñas grandes?- pregunte no muy seguro de que eso existiera, la chica nos miro extrañada, -¿Qué buscan exactamente? Pregunto amablemente, -bueno vera buscamos unas amm.. TOALLAS FEMENINAS grito mi hermano, ya recordé que buscamos jasper, la chica se puso roja y nos señalo un pasillo, -después del área de juguetes encontraran el área femenina, ahí encontraran lo que buscan. –Gracias dije con una sonrisa, -de nada dijo la chica entonces su emociones me dieron de pleno en el rostro, pasión, lujuria, deseo, tome a emmett del brazo y lo jale. Llegamos al área de juguetes justamente a donde se encontraba las barbies, entonces emmett soltó un chillido y corrió hacia el estante de muñecas,-Jasper! Dijo mientras miraba a una rubia muñeca vestida de rojo, -dime si no se parece ami Rose, -mire ala muñeca, la verdad si se parecía mucho a Rosalie, -si Emmett, pro no tenemos tiempo debemos comprar lo que debemos y ya, entonces algo atrajo mi atención, alado de una rubia muñeca había una de cabellos negros, cortos hermosa, se parecía a mi Alice, tome la caja y la observe un minuto, entonces sentí la excitación de emmett quien llenaba el carrito con juguetes (muñecas mas que nada), todas rubias y hermosas, todas parecidas a Rosalie, deje la muñeca en su lugar, entonces emmett la tomo y la miro fijamente, -vaya pero si se parece a Alice, pro aun así no es tan hermosa como mi Rose, y la coloco en el carrito, después de hacer que emmett dejara 15 muñecas y 4 muñecos según el parecidos a el, continuamos, entonces ahí frente a nosotros, estaba el mejor de los mejores “juegos de guerra civil” que existía, no puede resistir y lo tome inmediatamente debía comprarlo! Iba a comprarlo!, emmett quedo de la misma manera al ver un juego de “hágalo usted mismo”! Mire ami hermano, ambos dejamos los juegos en el carrito y continuamos mirando, había tantas cosas, espadas, libros, tome un juego mas de “estrategias en la guerra”, comenzamos a llenar el carrito de mas cosas, entonces recordé a lo que habíamos venido, llegamos al área femenina y vimos un gran estante, dios! ¿Cuantas cosas de esas existían?, miramos los empaques, emmett estaba abriendo uno de ellos y saco una pequeña cosa acolchonada, ¿Dónde se supone que se ponen esto? Pregunto mi hermano mirando la toalla detenidamente, -no lo se dije mirándolo- entonces mire un paquete verde, la etiqueta rezaba Naturela manzanilla, había 5 paquetes que traía lo mismo, pero con diversas expresiones, larga, nocturna, con alas, sin alas, flujo ligero. Camine observado había otro paquete que decía-kotex, igualmente con manzanilla, sin manzanilla larga, diurna, nocturna, con alas, esto si que iba a ser difícil, entonces encontré un paquetito que llamo mi atención. –Saba teens para las niñas que apenas comienzan su nueva etapa, era un paquete rosa, -emmett dije mientras buscaba ami hermano con la mirad, entonces lo vi seguía “analizando” aquella toalla, tome el paquete y lo eche al carrito, -¿Cuántos paquetes necesitaría? –por si las dudas tome otros 4, caminamos ala caja listos para pagar emmett, venia “hablando” con una de sus “Rosalie´s” llegamos ala caja y pagamos luego subimos las compras al auto eran mas juguetes que nada, entonces consulte el reloj nos habíamos tardado 4HORAS!!! Alice me mataría, Rosalie ni se diga y Bella mejor ni pensarlo.

emmy kiere ser super heroe...

¿Rose?

- ¿Si, osito?- me contesto mientras hojeaba una revista de moda, tumbada en nuestra cama.

- M-me mordió una araña…- le conteste nervioso – creo que era radioactiva.

Levanto una ceja, pero no dejo de ver la revista.

- ¿Y que pasó?- me preguntó sin preocupación.

- Creo… que ya no necesito los lentes.

- Em, tu no usas lentes.

- Y me siento más fuerte.- continué.

- Osito, tu ya eres fuerte. Eres un vampiro- dijo y suspiró.

- Puedo escalar los árboles y los edificios.

- Eso ya lo podías hacer.

- Creo que soy un súper héroe. Mitad humano y mitad araña – dije orgulloso.

Rosalie suspiró y después de unos minutos continuó.

- ¿Lanzas telarañas? - preguntó.

- Esteem… N-no - dudé. Lo intenté.. y el resultado fué desastroso.

- ¿Y peleas contra el crimen? – siguió preguntando.

- No, aún no.

- ¿Y tienes ya un archi villano?

- No.

- Entonces, - cerró los ojos y siguió hablando – creo que no puedes ser un súper héroe que sea mitad humano y mitad araña.

Me quedé pensando. Mi Rose tenía razón, yo no podía ser un súper héroe mitad araña y mitad humano.

- Tienes razón. No lo soy.

- Nop.

. ¿Entonces que soy?

- Un vampiro, Em.

- Esta bien. – iba a salir de la habitación y Rosalie me llamó.

- ¿Osito?

- ¿Si, Rose?

- ¿Estuviste viendo alguna película…?

- Si, una que se llama la araña humana o algo así.

- ¿No quieres decir el Hombre Araña?

- Si, es esa.

- De acuerdo - me miró - ¿Qué planeas hacer ahora?

- Veré una película de un tipo de traje rojo y azul que tiene una “S” en su pecho. ¡Alice dice que vuela!

Entonces se escucho a Alice gritar desde la sala.

-¿Rose? He visto a Emmett caerse de un acantilado.

- ¿Yo? ¿Por qué? – pregunté para que Alice escuchará.

- No lo se, estabas vestido con una capa roja – dijo.

- De acuerdo – Rosalie se levantó – Alice acompáñame a poner una cama elástica en los acantilados.

- ¿Por qué?

- No se Em, por las dudas – y salió del cuarto.

- Saltará en ella se caiga o no - gritó Alice y Rosalie suspiró.

el cuaderno de jasper^^

EL CUADERNO DE… ¿JASPER?

Buf… Vaya día.

Me había levantado con un mal presentimiento. Aquel no iba a ser un buen día.

Y poco a poco se iban confirmando mis sospechas…

Primero: era lunes. Y el saber que me quedaban todavía cinco largos días para que llegara el fin de semana era mortal.

Segundo: Durante el desayuno mis “graciosos” hermanos habían tenido el dichoso arrebato de ponerse a jugar en la mesa. Resultado: una mancha de mermelada de fresa en mi blusa nueva… Me las pagarán.

Tercero: examen sorpresa de matemáticas. Probablemente, y si la suerte me acompaña, llegaré al tres.

Cuarto: mí amado Jazz tenía un difícil examen de historia al día siguiente y llevaba una semana preparándoselo, así que estos últimos días apenas había podido verlo.

Y ahora me encontraba más que aburrida y sola durante el descanso del almuerzo. Todo el mundo se encontraba demasiado ocupado como para prestarme atención. Aunque si te paras a pensarlo la única que está mal soy yo.

A la hora del almuerzo siempre nos reuníamos la tres parejas: mis hermanos Emmett y Edward con sus novias, y a la vez mis mejores amigas, Rose y Bella; y Jasper y yo.

Así que claro las dos parejitas estaban demasiado “ocupadas” como para interesarse del por qué yo no me encontraba también “ocupada” con mi Jazz.

De modo que harta como estaba de tanto amor en el aire y tanta ignorancia hacia mi persona, decidí ir a buscar a Jasper que ya no paraba de estudiar ni para comer.

Salí del comedor, dejando atrás a los amigos “no-nos-importa-si-desapareces-estamos-mejor-solos”, y tirando los restos de mi comida en la papelera de la puerta de salida.

Bailoteé por los pasillos del instituto hasta llegar al aula de Jasper. Me aupé para asomar la cabeza por el cristal de la ventana y comprobar si, en efecto, estaba en la clase.

Vi que estaba solo por lo que se me ocurrió uno de mis grandes y magistrales planes.

Di la vuelta y entre con sumo sigilo al aula por la puerta trasera que para mi suerte se encontraba abierta. Caminé de puntillas y di gracias por que se encontrara tan sumamente concentrado en sus estudios que no se diese ni cuenta de mi presencia. Llegué hasta donde estaba y me quedé de pie detrás de él pensando cual sería la mejor manera de hacerlo notar que estaba allí. ¿Le gritaba al oído para que se asustara? ¿Le soplaba en la oreja para que se estremeciera? No, mejor le daba un suave beso en el cuello…

Estaba debatiéndome entre hacer esto o aquello cuando algo hizo que entrase en shock. Un nombre, un simple nombre.

El cuaderno que Jasper tenía en lo alto de su mesa estaba garabateado con cientos de palabras escritas, pero solo una en el margen superior izquierdo tuvo sentido para mi. Era el nombre de una chica. Y no era el nombre de una chica cualquiera ni estaba escrito de cualquier manera. El nombre de la chica en cuestión era María, y estaba adornado con un conjunto de corazones a su alrededor.

Me quedé de piedra. ¿Jasper? ¿Mi Jasper estaba enamorado de esa… chica?

No sé cuanto tiempo me quedé ahí pensando como una tonta, pensando en qué hacer pero sin decantarme por ninguna opción.

El timbre que anunciaba el fin del descanso me despertó de mi ensimismamiento y me hizo lanzar un grito que descargaba así todo mi desconcierto interior.

-¡¿Alice?!- Gritó Jasper.- ¿Desde cuando estás ahí?

-A-a-a-acabo de llegar.- Tartamudeé.

-¿Querías algo?

Oh si, ahora mismo quería estrangular a cierta morena de ascendencia mexicana…

-¿Eh? No, no solo te echaba de menos y vine a ver como te iba con tu examen. Pero ya me voy, no quiero llegar tarde a literatura.- Y salí corriendo como una niña con lágrimas inundando mis ojos.

¡A la mierda la clase de literatura! ¡A la mierda todo! Me encerré en el baño y decidí no salir hasta que llegara la hora de volver a casa.

Buf… Vaya día.

Lo que me faltaba. Sabía que María era una de las chicas más deseadas del instituto y, no podía negarlo, era muy guapa. Sabía que había estado un tiempo detrás de Jasper, pero cuando este no le mostró ni el más mínimo interés y comenzó a salir conmigo creí que se le había pasado el perrerón. Y resulta que no se había rendido. No había parado hasta envolver a Jasper en sus redes.

No podía creer que mi Jazz me hiciese algo así. Siempre ha sido tan atento, dulce y bueno conmigo que jamás creí que pudiese enamorarse de otra chica. Y menos sin hablar conmigo. Si el ya no me quería debería habérmelo dicho y no dejar que me enterase de esa manera tan cruel. Yo hubiese entendido que me dejase. Bueno no, no lo hubiese entendido pero lo hubiera aceptado.

Esa hora pasó muy rápido y en el cambio de clase sentí que alguien entraba al baño y me llamaba.

-¿Alice? ¿Estás aquí Alice?

Era Bella… Se veía preocupada. Pero no tenía ganas de hablar con nadie. Dejaría que se marchase.

-Alice se que estás ahí escondida. Estoy viendo tus lindos zapatos de Prada asomar por debajo de la puerta del servicio.

¡Oh porras! ¿Le gustaban mis zapatos? Me costaron la paga de cuatro meses… ¿Pero qué digo? No es momento de pensar en ropa Alice.

Abrí la puerta del baño con resignación y dejé que Bella pasara.

-¡Oh Alice, mírate! ¿Qué te ha pasado? Tienes los ojos hinchados y el rimel todo corrido.

-¿Se me ve horrible, eh? Lo siento Bella pero no estoy de humor para hablar.

-Lo siento mucho Alice, ¿te enfadaste por que no te hicimos caso durante el almuerzo? Lo siento mucho, de verdad, no nos dimos cuenta y…

-Tranquila Bella, no es eso.

-¿No? ¿Entonces qué es?

Simplemente no podía hablar y guardé silencio.

-Soy tu mejor amiga Alice, si no me lo cuentas a mí, ¿a quién si no?

-De acuerdo Bella pero no te garantizo detalles. Simplemente descubrí que Jasper ya no me ama. Punto final.

La mandíbula casi le llega al suelo de tanto que abrió la boca por la sorpresa.

-¿Qué, qué? Mira Alice de moda, música o fiestas no podré aconsejarte pero permíteme que te diga que no me equivoco confirmandote que Jasper te ama más que a ninguna otra criatura de este mundo. Alice, ¡vamos! ¡Sois la pareja mejor avenida de Forks! ¿Cómo es eso de que ya no te quiere?

-Lo sé, Bella. Lo vi en su cuaderno. Tiene apuntado el nombre de María en él.

-¡Bah! ¿Y qué? Eso no demuestra nada.

-Con corazones alrededor.

-¡Bah! Eso solo demuestra que le gusta ese nombre.

-Bella, ¿tú te escuchas cuando hablas u oyes ruidos en las orejas?

-De acuerdo no tiene mucho sentido pero creo firmemente que antes de sacar conclusiones precipitadas deberías hablar con él.

-Bella, no creo que merezca la pena. Lo mejor será que lo deje tranquilo y que me vaya a ahogar las penas a otro sitio.

-Alice, si de verdad me quieres como amiga, hazme caso y habla con él. Si después de eso sigues pensando que no te ama, entonces yo seré ese hombro en el que llorar. ¿De acuerdo?

-Bella…

-Nada de peros de Alice, si o si.

-Mira que eres cabezota, ¿eh?

-Lo sé, pero por eso me quieres.

Y me arrancó una sonrisa de mi amargado rostro. Me abrazó fuerte y me tomó del brazo para ir juntas a la siguiente clase, que debería llevar un buen rato empezada.

-Bella, prefiero quedarme un rato sola y pensar qué decirle a Jasper cuando le vea. Luego nos vemos, ¿vale?

-Vale, lo que tú prefieras.

Las dos horas siguientes pasaron y por fin llegó la hora de volver a casa. Ese sería el momento de hablar con Jasper.

Salí del servicio y me dirigí a los lavabos. ¡Vaya! Bella se había quedado corta sobre mi horrible aspecto. Jasper no podía verme así, y menos cuando iba a reclamarle por mi amor.

Abrí el grifo y empecé a lavarme la cara con agua fresca cuando la puerta del baño se abrió. Y Jasper hizo aparición en el baño de chicas.

Me quedé a cuadros, rombos y lunares.

-¡Alice! ¿Qué te ha pasado? Bella me ha contado que estabas mal.

Maldita Bella, no podía quedarse calladita y meterse en sus propios asuntos.

-Nada Jasper, pero tenemos que hablar.

-¿Sobre qué mi amor?

-Sobre tú y yo.

-¿Hice algo malo?

-No, supongo que no es malo, pero me enteré de algo por casualidad. ¿Recuerdas esta mañana, cuando fui a verte en el descanso del almuerzo?

-Si cariño, me diste un susto tremendo.

-Bien, pues más susto me llevé yo la ver tu libreta de historia.

-¿Por qué?

-Bueno pues porque daba la casualidad de que estaba abierta por una página en la que tenías escrito el nombre de cierta persona decorado con corazones.

-¿Alice?

-No Alice no era el nombre.

-No, no te preguntaba por eso, si no, ¿Alice? Yo no me entretengo en adornas mis cuadernos de clase con corazoncitos, ¿sabes? No me aburro tanto.

-Pues parece que en historia sí, por que ese lo tenías escrito. Y con el nombre de “tú amada María” rodeado de corazoncitos.

Se quedó estupefacto ante mi comentario y comenzó a rebuscar en su mochila mientras me seguía hablando.

-Alice, te puedo prometer y prometo que yo no tengo nada escrito el nombre de nadie garabateado con corazones. Y menos el de María. ¿Por qué iba yo…?- Se quedó callado y dejó de rebuscar en su mochila.- Ah, espera. ¿Por eso estás así? ¿Crees que te he dejado por la creída de María y por eso estabas mal? Alice, ¿de verdad crees que no te quiero? ¿Te he dado motivos para creerlo?

-No, jamás, y eso es lo que más me extraña de todo, pero no puedo negar la evidencia.

-¿Qué evidencia?

-Que tenías escrito en tu cuaderno su nombre.

Sacó precipitadamente un cuaderno de la mochila y me lo entregó.

-¡Toma, mira lo que quieras! Que te aseguro que solo vas a encontrar apuntes de historia, nada más.

Comencé a pasar páginas como una loca. Me sentía súper violenta registrándole a Jazz, pero bueno, él me había dado permiso. Tras varios minutos mirando página por página la dichosa libreta no encontré nada de nada.

-¿Estás convencida ya? Alice, no tiene motivos para dudar de mi amor. Eres lo que más quiero, tesoro.

-Pero yo lo vi. Sobre tu mesa, en el descanso, mientras estudiabas historia.- Se quedó mirándome desconcertado.- ¡Y no estoy loca! ¡Sé lo que vi!

Se paró a pensar un momento y entonces una sonrisa cruzó su cara. Sacó otra libreta de su mochila y empezó a buscar en ella tan desesperado o más que yo antes. Se paró en una página concreta y me mostró el cuaderno sonriente.

-¿Esto es lo que viste?

Era, sin duda, la misma página que yo había visto esa misma mañana. Una torpe caligrafía había grabado el nombre de María en uno de los márgenes de la libreta y lo había adornado cuidadosamente con corazones.

-Sí, es lo mismo que vi esta mañana sobre tu mesa.

Y se empezó a reír como un desesperado. ¿Qué mosca le había picado a este chico?

-Alice, no me mires con esa cara, que no estoy loco, ¡solo feliz!

-¿Ah sí? ¿Te hace gracia el tener escrito el nombre de María en tu libreta? Pues a mi ni pizca.

-Ja, ja. ¡Ahí está el quid de la cuestión! ¡No es mi libreta, el la de Tyler!

-¿Eh?- Un desconcierto absoluto nubló mi mente.

-Alice, como mañana tengo el examen de historia, anoche mientras estudiaba, descubrí que me faltaban unos apuntes sobre la revolución francesa, y esta mañana en cuanto llegué le pedía a Tyler que me los dejara para copiarlos.- Hizo un hito en su monólogo para sonreírme, y prosiguió.- Por eso no he ido a almorzar con vosotros, por que era el único momento libre que tenía para pasarlos a mi libreta. Y justo entonces llegaste tú y comenzaste a fisgar por encima de mi hombro lo que hacía. Y leíste el cuaderno de Tyler en vez del mío. El muy primo lleva enamorado de María desde el parvulario. Y ella sigue sin hacerle caso, y él sin escarmentar.

-Así que tu… No la quieres a ella… Si no, ¡a mí!- Me sentía la mujer más feliz del mundo. Jasper seguía siendo mío, mío, mío y solo mío. Entonces caí en la cuenta de la acusación que me había echo y me sonrojé.- Bueno Jazz… Yo no fisgaba en tus cosas, solo quería darte una sorpresa, y me acerqué por detrás de ti para darte un fuerte abrazo y un besazo y así distraerte un ratito de tu tedioso estudio… Pero entonces vi el cuaderno y claro… Fue sin querer.

-Lo sé, tontorrona. Te lo he dicho porque quería ver otra vez ese tono rojizo en tus mejillas, y que una sonrisa adornara tu cara en vez de esas feas lágrimas negras.

Ains, era siempre tan, tan, tan encantador. Me lancé a sus brazos y le besé con tanta pasión y calidez que creí que me derretía allí mismo entre sus brazos.

-Ay, Jazz. Te quiero.

-Y tú sabes que yo te quiero más a ti.

-Demuéstramelo.- le dije sonriendo con picardía.

Y una de sus manos me agarró la barbilla mientras que la otra se dirigió a mis cabellos y me acercó a su boca. Nuestros labios se volvieron a unir, pero esta vez no se separaron en un largo rato, acompañados de caricias y susurros, y creo que nunca se hubieran separado de verdad si el director de la escuela no nos hubiera descubierto en esta tarea poco decente en un centro educativo y no nos hubiera echado bajo la amenaza de llamar a nuestros padres por comportamiento indecoroso en un lugar público.

renovemos los votos..

¡Renovemos los votos!

Cerró con un portazo su habitación, asegurándose de echar seguro —eso no lo detendría de entrar, pero contaba con que al menos respetara su intimidad—.

Amaba profundamente a Jasper pero últimamente las cosas no eran lo mismo, habían tenido demasiados problemas en su relación, cosas en desacuerdo, peleas tontas —por discusiones que ni siquiera los incluía a ellos— y celos innecesarios.

Estaba completamente furiosa después de la discusión del día: otro sentimiento de lujuria por parte de un estudiante del instituto hacía ella. Por situaciones como esa, odiaba el don de su esposo.

Se tiró en su cama, cerrando los ojos.

A pesar de ser un vampiro se sentía cansada. Quizá no físicamente, pero sí emocionalmente.

Rodó suavemente intentando en vano relajarse, no era una forma practica pero era lo más útil que podía hacer.

Se estiro y tomó el control remoto de la mesa de noche para luego prender el televisor —que casi nunca usaban—. Pasaba rápidamente los canales sin encontrar algo de su interés, por lo que terminó apagando el televisor, desesperada.

Decidió ir a su armario para ver si se entretenía con algo y al buscar algo en lo más alto de éste una caja le cayó encima, inadvertidamente.

La abrió con curiosidad y se encontró con el vestido del día de su boda, su única boda.

Tomó suavemente el vestido, dejando que los pliegues cayeran en cascada, revelando una de las cosas más bellas que había visto en toda su existencia.

Dejo el vestido a un lado, buscando algo más en aquella caja. Adentro se encontraba un libro grueso similar a un álbum fotográfico.

Lo abrió sacudiendo la capa de polvo que se hallaba en la superficie y empezó a pasar las páginas.

Eran fotografías a blanco y negro, o a estilo sepia. Pero rememoraba cada uno de esos bellos momentos de aquel día: cuando entró a la iglesia, cuando vio al novio a los ojos, cuando caminó por el pasillo hacia el altar, cuando el sacerdote dio inicio a la ceremonia, cuando dijeron los votos o cuando los declararon marido y mujer…

Guardó todo nuevamente y salio de su armario, volteando al punto exacto donde hallaría lo que buscaba.

En el lado posterior de su habitación colgaba la foto del matrimonio junto a Jasper; los dos se veían sonrientes y el amor desbordaba de sus ojos; a pesar de ser una simple fotografía se notaba todo el amor y el sentimiento que se tenían el uno al otro.

¿Dónde había quedado todo eso? ¿Dónde estaban aquellas frases hermosas que él le decía al oído?

Exasperada se tiró a su cama hallando con que distraerse pero no pudo hacer nada con los recuerdos que llegaron a ella.

—No quiero ser cómo Rosalie y Emmett, quiero casarme solo una vez… —exclamó alegremente, midiéndose el vestido. Estaba a días de su boda y aún no habían finalizado algunos detalles de ésta.

—¿Ni siquiera en un futuro? —preguntó Esme.

—No lo veo venir —señaló guiñándole un ojo.

Sacudió levemente la cabeza desprendiéndose de la imagen.

—Mas veo venir un divorcio —murmuró para sí — ¡Mierda! —gritó.

No quería el divorcio. Amaba demasiado a Jasper, pero al parecer el ya no devolvía el sentimiento.

Soltó un sollozó y atrajo sus piernas a su pecho, sintiendo una incomoda opresión en el pecho.

Tocaron fuertemente la puerta.

—¡Alice! ¡Alice, abre! ¡Por favor! —rogó Jasper.

—¡No! ¡Vete! –respondió.

—¡Bien! —gritó de vuelta.

Entró nuevamente al armario, buscando la misma caja que hace poco había guardado. Revolvió todo hasta hallar nuevamente las fotografías.

Las pasaba una a una recordando cada momento con su esposo en el mejor día de su vida. Dejó todo eso ahí y corrió al cuarto de su madre adoptiva para encontrar otras fotos de la familia.

Una en especial llamó su atención. Estaban todos. Carlisle, Esme, Rosalie, Emmett, Bella, Edward, Renesmee, Jasper y hasta Jacob. Todos menos ella, quien era la que había tomado la foto.

Sonrió nostálgicamente. Se veían tan felices… ¿Cómo seria la vida si ella se fuera? ¿Seria igual a como lo mostraba la foto?

—Allie, amor, abre… —rogó nuevamente Jasper. ¿No se había ido?

—¿No te habías ido? —preguntó suavemente Alice.

—No amor. Por favor, abre. Me tienes preocupado… —dijo sentándose, recostado a la puerta.

—¿Por qué?

—Allie, no se que estarás haciendo pero te sientes mal, cariño… eso me preocupa, ¿Qué esta pasando por tu cabecita? —replicó dulcemente el rubio.

—Ya no quiero pelear, Jazz… —sollozó la chica— no quiero que nos separemos.

—¿Separarnos? —preguntó sorprendido— no, nunca… Allie, yo te amo…

—Yo también; pero ya no quiero pelear —repitió berrinchuda.

—¿Podrías abrir la puerta? —preguntó dulcemente Jasper.

—No.

Acomodó todo nuevamente, dejando las fotografías debajo de la cama.

—De acuerdo —murmuró el chico.

Se sentó en el piso, esperando a que la puerta que los separaba se abriera.

—¿No te vas a rendir? —preguntó Alice.

—No.

—No abriré la puerta —repitió.

—Bien.

—¿Quieres dejar de decir monosílabos? —preguntó exasperada, sentándose del lado de la puerta que daba a la habitación.

—No.

—¡Jasper! —exclamó.

—Vale, ya.

—¿Por qué estás ahí? —preguntó curiosa, tras de un rato.

—Estoy esperando a que abras la puerta —respondió Jasper calmadamente.

—¿Por qué?

—Tengo que hablar con tigo…

—Estamos hablando.

—No así, Allie. No con una puerta que me impida verte —murmuró.

—En serio, no abriré la puerta… —reiteró tercamente.

—Esperaré.

Esperó por dos horas pero nada que Alice salía.

—Me estoy aburriendo —comentó Jasper.

—Nadie te obliga a quedarte ahí —replicó Alice.

—Cierto… Pero quiero quedarme.

Otras dos horas pasaron y Alice aún no daba señas de salir.

Exasperado, Jasper golpeo con sus nudillos la puerta.

—Allie, esto roza lo ridículo ¡Abre! —rogó nuevamente.

—No —fue toda la respuesta que obtuvo.

—Bien —exclamó levantándose.

Aún cuando Alice le había apremiado que se fuera, le dolió que él lo hiciera.

— ¿Sabes? Desde que nos conocimos me hice una promesa: cuidar de ti; aunque, lo acepto, me cuidas más tú a mi de lo que yo a ti. Por años te he dicho cuanto te amo, y creía que lo tenias en claro, pero no —pausó un momento—. Peleamos, como cualquier pareja… Que ahora lo hagamos más seguido, significa que no hay ¿…comunicación? —sacudió levemente la cabeza—. Alice, eso no importa. Desde que te conocí, en aquella cafetería… supe que jamás me podría apartar de tu lado… nada, ni nadie, lo podrá hacer.

»Yo estaba perdido, y tu me encontraste y me guiaste. Iluminaste mi vida y me hiciste ver una perspectiva de ésta, que jamás esperé tener. Hiciste que abriera los ojos a lo que realmente me rodeaba, y me hiciste cambiar para bien, aunque yo a veces piense que lo hice para mal. Te agradezco por todo eso, porque gracias a ti soy una mejor persona.

»Si ya no quieres verme, solo dime; me iré y…

—¡No! Tan solo no quiero pelear. —interrumpió frenéticamente Alice.

—Yo tampoco, corazón. Sé que me he estado comportando como un idiota pero por favor, perdóname. Te amo.

—Y yo a ti —contestó la chica.

Abrió lentamente la puerta, viendo a través de esta, para encontrar a Jasper tirado en el piso y con expresión abatida.

—Levántate —ordenó dulcemente.

Él se levantó suavemente, y vacilando, estiró los brazos para estrecharla en un prieto abrazo. Ella sonrió a su vez, contenta de que todo estuviera bien entre ellos de nuevo, como debía ser.

—¿Sabes? Estuve pensando... —comenzó

—¿Sí? -inquirió Jasper, jugando con un mechón de su pelo. Le encantaba que fuera tan negro como la tinta, pero tan suave y etéreo como una pluma.

—Quiero renovar nuestros votos —expuso la vampira. Él rió; un sonido feliz y despreocupado, tal como le encantaba a ella.

—Lo que quieras, amor —respondió, besando con dulzura su frente—. Siempre lo que quieras.