Capítulo 2. Conociendo a los “angelitos”
Bella POV
Acabando las clases, nos dirigimos al estacionamiento. Todos veníamos callados, metidos en nuestros propios pensamientos. Edward me llevó a mi casa, como siempre.
- Te veo mañana – me dijo y me besó suavemente
- Suerte – le desee de verdad
- Gracias, igual a ti – salí del coche y entré a mi casa.
Charlie llegó antes de lo previsto, oí la patrulla mientras cortaba las verduras para la cena. Entró y dejó la pistola en donde siempre y fue a verme.
- Hola Bells – me saludó - ¿qué tal tu día?
- Bien papá, excepto por el hecho de que tengo que cuidar a un niño de ocho años por una semana – le dije a modo de reproche, pues él también lo sabía
- Ah, ¿así que ya tuviste psicología?
- Sí
Mi padre no dijo nada más y se fue a la sala a ver la televisión, alcé la mirada al reloj, ya eran las tres, Simon no tardaría en llegar. Dicho y hecho, el timbre sonó.
Me dirigí a la puerta y respiré hondo antes de abrirla. Al hacerlo vi al chico que ahí estaba. Venía vestido con un uniforme de baseball, con un bat en una mano y una pelota en la otra, traía una gorra pero pude ver unos dorados cabellos bajo ella. Tenía unos ojos azul profundo
“Genial, un niño basebolista” pensé y le sonreí.
- Hola, tú debes ser Simon – le dije y lo invité a pasar
- Y tú debes ser Bella – añadió el niño con el ceño fruncido
“Ya empezamos mal”
- Así, es ¿por qué no pasas? – le ofrecí y él entró
Cerré la puerta y luego nos miramos un rato, yo no sabía que decir, jamás me habían gustado los niños y menos sabía que hacer con uno de ocho años que no conocía.
- Bueno ¿qué quieres hacer? – le pregunté
- Quiero jugar baseball – me respondió agitando su bat
“No puede pasarme esto a mí”
- ¿no te gustaría leer un libro? – le ofrecí sin esperanzas
- Tengo ocho años, no me gusta leer, quiero jugar baseball – Simon me dijo como si hablara con un bebé
- ¿Ya hiciste tu tarea?
- Ya, ahora quiero jugar baseball
Ya era muy vergonzoso que todos mis compañeros me vieran hacer desastres en gimnasia, ahora también lo sería frente a un niño de ocho años. Y en algo tenía razón, era un niño ¿cómo se supone que debo de tratarlo?
- ¿Tienes hambre? Podría prepararte algo de comer – esperaba que me dijera que sí, quería evitar a toda costa que me viera jugar baseball
- No, quiero jugar baseball y quiero jugar ya – me dijo con una prepotencia que me dejó helada
“Maldito chamaco prepotente”
- Está bien, vamos a jugar baseball – le dije cortantemente y salimos al jardín.
Creo que no es necesario que les diga como me fue jugando baseball. Una vez que Simon se fue, entré a la casa llena de tierra, me metí a bañar y después fui por una bolsa de hielo para mi cabeza.
Me acosté en el sillón, muerta y desee que a los Cullen les hubiera ido mejor que a mí.
Rosalie POV
Llegamos a la casa y metimos el auto al garaje. Ninguno de nosotros hablaba, entramos a la casa y Emmett me pasó un brazo por la cintura, yo supongo que era para que no me lanzara sobre mis padres.
- Hola chicos – nos saludó Esme – ¿les fue bien?
- Creo que saben muy bien como nos fue – contestó Alice sin sonar grosera
- Bueno chicos deben de saber que nosotros no tuvimos nada que ver en la actividad, sus profesoras fueron las que la decidieron, no nosotros – Carlisle nos dijo
Oímos el coche de Edward aproximarse y decidimos esperarlo para discutir esto, todos. Edward entró a la casa y todos nos sentamos en la sala. Emmett y Jasper me dejaron sentada en medio de ambos. ¡qué confianza me tenían caray! Y Edward y Alice se sentaron en otro.
- Escuchen chicos, sé muy bien que la idea no les agrada, a mí tampoco hasta cierto punto pero pues creo también que algo bueno resultará de ello – Comentó Carlisle
Nadie pudo decir una palabra más, los niños ya habían llegado, podía percibirlos al otro lado de la puerta. Carlisle se levantó y fue a abrir la puerta.
- Hola niños ¡bienvenidos! – Carlisle les dijo mientras abría la puerta
- Gracias Doctor Cullen – agradecieron los cinco niños al mismo tiempo.
- Pasen chicos – Carlisle los invitó a pasar.
Entonces entraron los cinco niños a la casa y Esme fue a recibirlos
- Chicos ella es mi esposa, Esme – la presentó Carlisle con los niños
- Hola niños, encantada de conocerlos
- Hola señora Cullen – dijeron los cinco y Esme rió
- Y ellos son nuestros hijos – dijo Carlisle mientras los niños llegaban a la sala
De primera vista, los niños no parecían traviesos, pero no podíamos juzgar aún. Había tres niñas, la más pequeña de ellas era morenita, tenía el cabello rizado, rizado y ojos cafés, venía vestida con un tutú de ballet; otra de las niñas era pelirroja de ojos verdes y traía un libro bajo el brazo, pero no supe de qué era. La niña más grande venía vestida bastante bien para una niña de esa edad. Era castaña y con ojos ámbar, nada fuera de otro mundo.
Los chicos eran otra cosa, el más pequeño de ellos, llevaba una sudadera que le quedaba enorme, al igual que los pantalones, tuve que reprimir una risa al verlo y Alice simplemente estaba horrorizada. El otro niño, el más grande de todos era el típico niño a punto de ser adolescente que se cree un galán. Era güero y de ojos azules, ¡pues claro qué sería el galán!
- Bueno, niños ¿con quién les tocó? – les preguntó maternalmente Esme
- A mi me tocó con Emmett – dijo la pequeña vestida de bailarina
Todos estallamos en carcajadas, mismas que Carlisle hizo callar con una mirada de advertencia.
- Emmett, llévate a esta preciosa bailarina contigo – ordenó Carlisle
- Gracias doctor Cullen – dijo la pequeña mientras Emmett se paraba del sillón – ¡wow qué grande eres! Tú sí podrías cargarme, mis compañeras del ballet dicen que ya estoy muy grande y que por eso a mí ya no me pueden cargar, pero estoy segura de que tú sí podrás…
Emmett y Melanie se fueron arriba y todos sonreímos burlonamente, todos sabíamos lo mucho que Emmett odiaba el ballet.
- Yo tengo que estar con Jasper – dijo la pequeña pelirroja
- Tú eres Ginger entonces – dijo Jasper hincándose frente a ella – ¿dime que quieres que hagamos?
- Un pastel – dijo la pequeña enseñando su libro de cocina con una enorme sonrisa.
Alice rió levemente y Ginger jaló a Jasper a la cocina. Otro cuyo terror se veía hecho realidad.
- ¿Y tú Fanny? – preguntó Carlisle a la niña más grande
- Con Alice – respondió la niña
- ¡Genial! Dime Fanny, ¿quieres ir de compras conmigo? – le preguntó Alice
- ¡¡Claro!! ¡¡ME encanta ir de compras!! – dijo la niña emocionada
- ¡¡A mí también!! – Alice tomó a la niña de la mano y se fueron
Alice era una suertuda verdaderamente. Ahora solo quedaban los dos chicos
- Ian a ti te toca Edward ¿cierto? – Carlisle le preguntó al más joven
- Sí
- Bueno, Edward llévalo a tu habitación, seguro Ian tiene muchas cosas que decirte acerca de música – sugirió Esme
- Claro, vamos Ian – dijo Edward parándose y llevando al chico a su habitación.
Bueno, a mí me tocó el galán, esto iba a ser divertidísimo (¿notaron todos mi sarcasmo?)
- Wyatt, ella es Rosalie y pues es obvio que ustedes dos son equipo. ¿Rose tenías algo que hacer ahorita? – me preguntó Carlisle
- Le prometí a Emmett que revisaría su Jeep
- Fantástico, Wyatt ven con Rosalie al garaje, puede que aprendas algo de coches con ella – dijo Carlisle
Me levanté del sillón y fui hacia el garaje seguida de Wyatt. Una vez ahí prendí la luz, me amarré el cabello y abrí el cofre del Jeep.
- Eres muy hermosa Rosalie – me dijo Wyatt
¡¡Este chico iba a caerme muy bien!!
- Te lo agradezco Wyatt
- …pero las mujeres no deberían arreglar los coches – ese comentario anuló el pasado
- ¿por qué lo dices? – intenté sonar lo más tranquila posible
- Porque ustedes siempre son las que los descomponen, no saben nada de mecánica – dijo Wyatt recargado en el jeep arrogantemente
Ahora resulta, el chico había salido machista.
- Este Jeep es fantástico, espero que no lo arruines Rosalie – Wyatt se puso junto a mí y revisó junto conmigo el motor – wow, debe de tener una potencia increíble
- La tiene, motor de 3.8 litros, 205 caballos de fuerza, asistencia de frenado y control de tracción, además puede correr a velocidades extremas sin sufrir ni un daño – añadí orgullosa de saber todo esto acerca del Jeep
- Ah…
Wyatt se alejó visiblemente decepcionado al ver que yo sabía tanto del Jeep. No se me volvió a acercar mientras trabajaba, lo podía ver recargado en el Jeep mirándome de una manera poco decente para un niño de doce años.
- ¿sabes Rosalie? Te ves increíblemente sexy reclinada sobre el auto – me dijo Wyatt después de un rato
NO puedo negar que me encantaba que me dijera eso, pero de todos modos, el chico tenía doce años.
- ¿eso crees?
- Sí, pero sigo creyendo que las mujeres no deben de acercarse a los coches – y la volvió a arruinar – los coches son un placer que solo los hombres podemos disfrutar
¡¡Maldito mocoso!! Iba a sacarme de mis casillas muy pronto. Sin embargo, empecé a sentir una calma que se extendía sobre mí y me relajaba. Bendito sea el don de Jasper.
- Yo creo que el placer de los coches puede disfrutarlo cualquiera que ame la velocidad – le respondí lo más tranquila que pude
- Tal vez tengas razón, ¡¡yo daría lo que fuera para ser un coche que tú manejaras!!
Otra vez volvíamos con las adulaciones, pero ese piropo me encantó…si hubiera venido de Emmett, no del escuincle engreído.
- ¿Quieres algo de tomar Wyatt? – le pregunté con una de mis sonrisas más coquetas
- ah…claro… - dijo el niño deslumbrado.
Subimos a la cocina y al entrar no pude evitar soltar una carcajada.
Emmett POV
Una vez que subí con la niña a mi habitación me senté en el escritorio para hacer mi tarea.
- ¿Por qué tienes cosas de mujer en tu cuarto? – preguntó mientras bailaba por todos lados
- Porque a Rosalie le gusta ponerlas aquí – le respondí mientras la niña seguía dando vueltas por todos lados
- ¿Por qué?
- Porque tiene muchas cosas y ya deja de dar vueltas, si rompes algo Rose me matará
- ¿Rosalie es tu novia? – me preguntó
- No – le respondí y eso era verdad, no era mi novia, era mi esposa
- ¿Tienes novia?
- No
- Eres muy guapo, a mí me gustaría ser tu novia – dijo inocentemente mientras se sentaba en la cama
Yo sonreí, no pude evitarlo. Voltee a verla, ella seguía mirando por todos lados.
- Estás muy chiquita para ser mi novia – le dije mientras me sentaba junto a ella y se puso triste – pero podemos ser buenos amigos
- ¿Puedes ser mi hermano mayor? – me preguntó emocionada
- Claro – le aseguré y ella me sonrió.
Ahora que veía a Melanie me pude dar cuenta que no sería tan difícil cuidarla y estar con ella una semana
Jasper POV
Una vez que entramos a la cocina, Ginger se sentó en una silla y abrió su libro de cocina.
- ¿sabes cocinar? – le pregunté mientras me sentaba junto a ella
- Soy una niña, no me dejan entrar a la cocina, pero el doctor Cullen me dijo que podría cocinar aquí – dijo cambiando las páginas
- Bueno entonces ¿qué vamos a cocinar?
- Un pastel de chocolate – me respondió mientras me enseñaba la fotografía que había en el libro del pastel
Ginger se paró de la silla y se puso a sacar las cosas del refrigerador y las puso bien acomodadas en la mesa, pero los huevos estaban sobre él y no los alcanzaba. Entonces me volteó a ver con los brazos cruzados sobre su pecho.
- Se supone que tienes que ayudarme – Ginger me reprendió – y no alcanzo los huevos.
- Yo los alcanzaré por ti – le dije mientras me levantaba y los colocaba en la mesa – bueno ¿y ahora qué?
Quince minutos después la cocina estaba hecha un desastre, Ginger y yo estábamos cubiertos completamente de harina, huevos y chocolate. Si se preguntan qué fue del paste, permítanme decirles que el pastel era una masa grumosa, espesa y apestaba. ¡¡Con razón no dejaban que la niña entrara a la cocina!!
Aparte de sus pésimas habilidades culinarias, Ginger era una niña de lo más hiperactiva, no la podía tener quieta ni un segundo.
Y justo cuando creí que las cosas no podían ponerse peor, Rosalie entró con Wyatt.
- No te atrevas a decir ni una palabra y mejor ayúdame a recoger – le previne a Rosalie antes de que se riera
- Claro, Wyatt ¿podrías esperarme afuera mientras ayudo a mi hermano a recoger?
- Claro que sí Rosalie – le contestó el chico a Rosalie y pude sentir el gusto del niño por mi hermana
- Ginger tú deberías irte a lavar – le sugerí a la pequeña
- ¿Pero y el pastel? – preguntó triste
- No te preocupes cariño, estoy segura que Jasper estará encantado de que lo intenten hacer mañana – Rosalie se hincó a la altura de la niña y le sonrió y yo quise matarla
- Gracias Rosalie – murmuré para que solo ella oyera
Ginger salió y fue al baño a lavarse, mientras tanto Rose y yo nos dedicamos a limpiar la cocina. Por una parte me sentía agradecido, mucho. Rosalie me estaba ayudando sin pedir nada a cambio y lo hacía de buen agrado.
Acabando de limpiar la cocina, Rose hizo una jarra de agua de limón y la llevó a la sala. Justo cuando ella salía, Ginger entró ya limpia, pero venía llorando
- ¿por qué lloras?
- Es que no pudimos hacer el pastel
- No te preocupes nena, mañana lo intentaremos otra vez, te lo prometo – le sonreí y ella me devolvió la sonrisa y me abrazó
- Gracias Jasper
- Claro, cuando quieras
Edward POV
Subí a mi habitación con Ian tras de mí, sus pensamientos eran acerca de lo hermosa que era la casa. Entonces entramos a mi habitación.
- ¡¡Wow!! ¡¡Cuántos discos!! – Ian estaba sorprendido por la cantidad de discos que tenía – ni una tienda podría tener tantos discos
- Gracias – le dije orgulloso de mi colección
Ian empezó a recorrer las filas de discos con el dedo, viendo si encontraba algo de su agrado. Me senté en el sillón y fue cuando volteó a verme
- ¿no tienes cama? – me preguntó sorprendido
- No, no me gusta dormir en la cama, prefiero mi sillón
“Caray, hasta nosotros en el orfanato tenemos cama” pensó y siguió revisando mis discos “Cielos este tipo no sabe de música”.
- ¿qué música te gusta? – le pregunté haciendo caso omiso a sus pensamientos
- el hip hop – me contestó mientras seguía mirando
El niño no sabía que era la buena música, el hip hop era horrible no decía nada y la música era hartante. Sacó uno de mis discos, creo que era uno de Kiss.
- ¿puedo ponerlo? – me pidió
- Claro
Y el niño lo puso, y lo puso hasta el límite de volumen. Estuve escuchando a Kiss durante una hora a todo volumen. ¡¡Esto no podía ponerse peor!!
Alice POV
Mientras manejaba hacia Port Angeles con Fanny platicamos de las marcas y los diseñadores que más nos gustaban. Fanny me contó que tenía unos tíos que aunque no podían cuidarla, le mandaban dinero y por eso podía comprar la ropa que le gustaba.
Llegamos a la plaza más grande y nos la pasamos probándonos cada cosa que veíamos. Le regalé unas cuantas cosas y luego fuimos a tomar un helado.
- ¿Es cierto que tú y tus hermanos son adoptados? – me preguntó Fanny
- Sí, bueno Jasper y Rosalie son sobrinos de Esme, pero Edward, Emmett y yo sí somos adoptados – le respondí
- ¡¡Que suerte tienen!! A mí me gustaría que me adoptara una familia como la suya – suspiró Fanny
“Qué suerte que no la adoptó nuestra familia” Pensé, pero la comprendí, por fuera parecíamos una familia poco corriente y divertida. Éramos las dos cosas pero también éramos vampiros.
- Estoy segura que tendrás una excelente familia Fanny – y no era mentira, después de unas cuantas horas de estar con ella y ya había podido ver a la que sería su familia
- ¿Tú crees?
- Estoy completamente segura – le dije con una sonrisa
- Gracias Alice
Después de eso nos regresamos a la casa y el escándalo era increíble. Entramos a la casa y todos estaban en la sala con los oídos tapados. Todos excepto Edward e Ian.
“Edward no es por nada pero ¿podrías bajarle un poco?” le pedí mentalmente. Pocos segundos después escuchamos un: “¡¡Oye!!” y luego Edward e Ian bajaron.
Una vez que estuve en la sala con todos me di cuenta de que La pelirroja que estaba con Jas no le quitaba la vista de encima a Edward. Entonces Jas me miró, con esa mirada suya que me derretía y luego se fijó en la niña que estaba junto a mí y frunció el ceño. Yo miré a Fanny y también noté que no dejaba de mirar a Jasper, a mi Jasper
Poco rato después, los cinco niños se fueron. Y este era apenas el primer día y todos ya suspirábamos.
viernes, 23 de enero de 2009
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