jueves, 25 de diciembre de 2008

Capítulo 7. La Novia de Edward.

Capítulo 7. La Novia de Edward.

Bella POV

Estacioné mi camioneta frente al Porche de la casa de los Cullen, si la estaban pasando mal, tal vez era la ocasión de ayudarles un poquito haciendo uno que otro destrozo, al fin y al cabo eso se me da muy bien.

Salí del auto y caminé hasta la puerta. Toqué y esperé pacientemente, seguramente los chicos ya me habían oído llegar desde hace un buen.

No esperé mucho para que una señora me abriera, me recordó mucho a la directora de una escuela de una película llamada “Matilda” solo que ésta no era tan gorda.

¿Puedo ayudarte en algo, jovencita? – me preguntó como si me estuviera evaluando.

Mi nombre es Bella Swan, y vengo a visitar a – iba bien, decidí primero presentarme, pero alguien nos interrumpió.

¡¡Mi amor!! – Edward me tomó en sus brazos, aventando a Helga, y me besó. Jamás había hecho eso y sabía que era por la niñera.

¡¡Edward basta!! – La niñera se oía enojada – esa no es la manera de tratar a una dama. A una dama se le trata con delicadeza, con cariño, como si fueran de cristal.

Como aún estaba entre los brazos de Edward, enterré mi cara en su hombro y me eché a reír. Con razón Jasper y Emmett dicen que está loca, yo los apoyaba y ahora más que nunca estaba ansiosa por poner manos a la obra con mi plan.

Lo lamento Helga es que extrañaba mucho a Bella – respondió Edward.

No es razón Edward, discúlpate con ella – ahora Resulta que le dice a MI novio como tratarme y qué hacer conmigo.

Lo siento Bella, debí de haber sido más delicado – Edward me miró con la furia en sus ojos. Yo me acerqué y le di un suave beso en los labios.

No te preocupes cielo – le dije lo más tranquila posible.

Entramos a la casa y Edward me condujo hasta las escaleras, pero su niñera no nos dejó argumentando que yo era una dama y que no podía entrar a la habitación de un hombre. Como quería reírme en aquel instante.

Como no podíamos subir decidimos salir al jardín, pero nuevamente la niñera no nos dejó, esta vez diciendo que no debíamos estar solos, porque no era correcto. Adiviné que no sabía de Rosalie y Emmett; Alice y Jasper.

Finalmente Edward me jaló hacia el piano.

¿Qué vas a hacer Edward? – le preguntó Helga y lo sentí apretarme más la mano.

Voy a tocar – respondió él cortante.

¿El piano es tuyo?

Sí.

Entonces ya no le pudo replicar nada, ya me iba a sentar junto a él cuando fingí caerme del banco. Edward me levantó rápidamente pero Helga aún así se dio cuenta de mi pequeño desliz.

¿Bella te encuentras bien? – me preguntó preocupada.

Estoy bien, no se preocupe, suelo ser un poco, torpe.

Entonces bajó el resto de la familia. Emmett y Alice venían platicando de no sé que y Jasper y Rosalie venían riendo. Alice volteó a verme y me sonrió con complicidad, seguro ella ya había visto todo lo que yo quería hacer ya que lo había decidido.

Hola Bella – me saludaron los cuatro.

Hola chicos – respondí a su saludo.

Emmett me abrazó fuertemente y Helga lo regañó por lo mismo que a Edward, además de que yo era una “dama” y que él no tenía por qué ser tan cariñoso conmigo que esto estaba mal.

Jasper se limitó a estrecharme la mano y a guiñarme un ojo. Alice me saludó de beso y Rosalie igual. Nos sentamos todos en la sala mientras Edward tocaba Helga nos dijo que haría limonada y yo me ofrecí a ayudarla. Me paré tras ella y les guiñe un ojo a los demás.

Edward POV

No sabía que era lo que Bella se tramaba pero sin duda sería muy bueno, solo esperaba que no fuera a lastimarse de verdad. Cuando fue tras Helga y nos guiñó el ojo Alice y Emmett rieron mientras que yo solo la veía advirtiéndole que tuviera cuidado.

Seguí tocando el piano y oí como se rompía un vaso y luego la voz de Bella pidiendo disculpas por su torpeza, afuera todos reímos. Dejé de tocar y todos nos fuimos a asomar a la cocina.

Vimos que Helga cortaba los limones y Bella los exprimía con, válgase la redundancia, con un exprimidor. Hubo un momento en que Bella acomodó el exprimidor no sé de qué manera que hizo que el jugo le cayera en los ojos a Helga.

Helga ¿estás bien? Lo lamento mucho – Bella se disculpó mientras nosotros nos reíamos.

Bella no te preocupes, ¿por qué no mejor regresas a la sala con tus amigos?

De acuerdo, solo que antes tiraré los limones que ya exprimí.

Bella agarró los limones y los tiró al bote, al ver que Helga no la veía, tiró uno en el piso y luego ella se sentó en el suelo con las piernas abiertas y luego gritó. Helga corrió a ayudarla a levantarse y nosotros rompimos a carcajadas, Bella lo estaba haciendo excelente.

Regresamos a la sala los seis juntos muertos de la risa.

Eres genial Bella – Emmett la felicitó.

Gracias.

Entonces Helga llegó con una charola donde estaban la jarra y los vasos. Bella se ofreció a ayudarla, Helga obviamente no la dejó. Entonces Bella se sentó junto a Helga y en una de esas, le tiró la limonada encima de la falda.

¡Oh Sí! Definitivamente Bella le estaba haciendo pasar un mal rato a Helga.

“Edward, Bella es una genio” Emmett reía en su mente.

“Vaya chica más inteligente que te fuiste a conseguir” Alice también me felicitaba.

“Si sabe ser mala, ojalá y nunca se alíe con Rosalie, si no…” Jasper hizo que me estremeciera al pensar en eso. Bella y Rosalie aliadas en contra de alguien podían ser peligrosas, ojalá a mi hermana no se le ocurriera hacerle algo a Helga con Bella.

“Debo admitir que Bella me sorprende” Rosalie también pensaba igual que todos.

Al aparecer Helga ya quería que Bella se fuera, pues estaba armando grandes destrozos. “Esta niña es la más torpe que he conocido” pensó y yo me reí.

Oye Bella ¿Le hiciste la cena a Charlie? – le preguntó Alice sonriendo.

Sí, ya la dejé preparada, pero ahora que me dices, no recuerdo si dejé la estufa prendida – Bella empezó a dudar y Helga abrió mucho los ojos. – Ah no, sí la apagué, el martes pasado fue el día que la dejé prendida, creo que los bomberos tuvieron que ir a apagar el fuego.

Este… sí… bueno…¿alguien quiere más limonada? – Helga nos ofreció.

Ninguno de nosotros aceptó. Nos quedamos en la sala platicando como si Helga no estuviera presente. Luego Alice se empezó a reír y volteó a ver a Bella, al parecer Alice ya sabía que otra cosa se tramaba Bella.

Intenté leer sus pensamientos pero los tenía bloqueados. “Ya te enterarás hermanito”.

Creo que voy a ir a lavar mi ropa – Alice anunció levantándose.

Yo te ayudo – Bella se ofreció, en ese instante supe que era lo iba a hacer.

Alice y Bella subieron a la habitación de la primera. Poco rato después ambas bajaron con mucha ropa en las manos, venían platicando de no sé qué. Antes de llegar al último escalón Bella se cayó de sentón.

Estoy bien, estoy bien – dijo levantándose – es que se me atoró el pie en una blusa o algo así.

“Que pena, ¿qué va a creer su padre de mí cuando le cuente todo lo que le pasó aquí? Seguro pensará que no soy buena en mi trabajo” El pensamiento de Helga hizo que me echara a reír nuevamente.

Volvimos a nuestra plática cuando oímos a Alice gritar: “¡¡Bella ten cuidado!!” Todos nos levantamos rápidamente y fuimos al área de lavado y vimos que Bella se había caído dentro de la lavadora.

¿Bella estás bien? – Helga preguntó.

Creo que sí, pero no puedo salir – respondió ella desde dentro de la lavadora – este…¿Emmett, Jasper, Edward sería alguno tan amable para ayudarme a salir de aquí?

Emmett se acercó a ella, la tomó de los tobillos, Jasper de la cintura y entre ambos la sacaron, luego yo le ayudé a ponerse de pie.

¡¡Cielos!! Tienen una lavadora muy grande – exclamó Bella – cuando me caigo dentro de la mía me puedo salir yo solita, Gracias chicos.

No hay por qué Bella – respondió Jasper riendo.

¡¡Pero que tarde es!! – Bella miró su reloj – debo irme o Charlie se enojará conmigo. Nos vemos mañana chicos y fue un gusto conocerte Helga – dicho esto salió disparada.

¡¡Bella cuidado con el… - Alice se vio interrumpida por el ruido - para güero.

¡¡Estoy bien!! ¡¡No se preocupen!! – Bella gritó.

Todos subimos y vimos a Bella caminar hacia su coche y tropezarse con…nada. Alcanzó a agarrarse del retrovisor. Se subió y nos dijo adiós con la mano. Mientras se iba paró el coche tres veces, obviamente a propósito. Finalmente se fue.

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