jueves, 25 de diciembre de 2008

Capítulo 4. La noche es larga

Capítulo 4. La noche es larga

Helga POV

Vi a los chicos subir a dormir, no eran de los adolescentes que se la pasaban dando lata y definitivamente se llevaban bien. Me sorprendí de que fueran 5 y tuvieran edades semejantes. Además estoy segura de que no se comportan tan bien cuando están sus padres, si no ellos no me hubieran hablado.

Podía intuir que Rosalie era una chica de mucho carácter que se enfadaba con facilidad, Jasper no dejaba sus emociones al descubierto. Emmett se veía que era muy pagado de sí mismo y era el más alegre de los cinco. Alice era muy flexible y Edward se mostraba muy reservado.

Me quedé en la sala leyendo por un buen rato. Cuando vi que eran las diez decidí ir a revisar que todos ya estuvieran dormidos. Subí las escaleras tratando de no hacer ruido para despertar a nadie.

Como no conocía la casa la recorrí toda, los señores Cullen muy amablemente me concedieron una habitación que estaba en la planta baja, pero aún así quise asegurarme de que todo estuviera en orden con los chicos.

La primera habitación a la que entré fue a la de Edward, él ya dormía profundamente, me llamó mucho la atención que no tuviera cama, pero el sillón que tenía se veía muy cómodo y él no parecía estar molesto ni nada.

Luego entré a otra, pero simplemente era el estudio de Carlisle. Salí de ahí rápidamente.

Entré a otra habitación y vaya sorpresa que me llevé. Alice estaba acomodando la ropa de su clóset y ¡Jasper estaba con ella!

- ¡¿Jasper qué haces aquí?! – pregunté alarmada.

- Yo… estaba ayudando a Alice a acomodar su ropa – contestó él. Al instante la impresión se fue disminuyendo y me sentí más calmada.

- Ya es tarde vete a tu habitación – le ordené.

Entonces Alice cerró los ojos y se quedó muy quieta por unos instantes, luego los abrió y miró a Jasper con cara de espanto.

- ¿Te encuentras bien Alice? – pregunté algo alarmada, ella solo asintió con la cabeza – Jasper quédate con ella, ahora regreso voy a ver a Emmett y a Rosalie.

- ¡¡NO!! – gritó Alice visiblemente asustada.

- Alice baja la voz, tus hermanos deben de estar dormidos – le pedí amablemente – Creo que estás un poco alterada ya deberías dormirte, Jasper ¿podrías guiarme a la habitación de Emmett y de Rosalie?

- Este…claro – Jasper pareció dudar y eso me hizo sospechar.

Aún quedaban dos habitaciones que no había revisado y una debería de ser de los señores Cullen, pero ¿y la otra? Si Jasper estaba con Alice…

Me dirigí al corredor y abrí la habitación de la izquierda y estaba vacía. Me acerqué a la otra y pegué el oído a la puerta pero no oí nada más que un leve suspiro.

- Helga no creo que debas entrar ahí – Jasper me dijo a mis espaldas.

- ¿Por qué no Jasper? – le pregunté, eso me hacía sospechar algo que me negaba a creer.

- Es que…

No lo dejé darme excusas y abrí la puerta rápidamente. Y vaya susto me pegué.

Emmett POV

Después de que Helga nos mandara a acostarnos, Rosalie y yo nos dirigimos a nuestra habitación. Rose se sentó en el alféizar de la ventana y comenzó a cepillar su cabello. Me coloqué tras ella y comencé a besar su cuello. El fin de semana extrañé tanto sentirla bajo mis brazos, sentir como sus manos recorrían mi espalda, que no me importaba que la niñera estuviera abajo.

- ¿Me echaste en falta no es cierto? – me preguntó bromeando.

- Mucho.

- Para que te vas todo el fin de semana – reprochó ella.

- Por eso voy a recompensarte, esta noche, toda la noche.

Ella rió y volteó, haciendo sus labios accesibles a los míos. La levanté en brazos mientras la llevaba a la cama.

Tratamos de ser lo más silenciosos posible para que no nos oyeran, ni nuestros hermanos ni mucho menos la Niñera. Unas cuantas horas después, le di a Rosalie un último beso y ella emitió un leve suspiro antes de soltarme, fue entonces cuando oímos a Jasper y a la Niñera justo del otro lado de la puerta.

- Helga no creo que debas entrar ahí – Jasper le dijo a la niñera. Rose y yo nos volteamos a ver y sonreímos.

- ¿Por qué no Jasper? – la niñera estaba a punto de abrir la puerta.

- Es que…

Helga abrió la puerta y se asustó al verme parado justo frente a ella.

- ¡¿Emmett se puede saber que haces?! – me preguntó visiblemente enojada.

- ¡¡Shh!! Rose ya está dormida – murmuré.

- ¿Entonces qué hacías en su habitación? – quiso saber.

- Esta habitación es mía y de Jasper – respondí con gran naturalidad – Rose vino a devolverme un disco que le había prestado, pero yo me estaba bañando y cuando salí vi que se había quedado dormida en mi cama – ojalá y se lo creyera.

Al parecer esa fue una buena excusa para ella, aunque nos miraba a Jasper y a mí con recelo. Le ordenó a Alice irse a dormir con Rosalie y Jasper y yo nos íbamos a meter a su habitación cuando la niñera nos detuvo.

“¿Y ahora qué?” pensé ya un poco exasperado.

- No pueden dormir en la habitación de las chicas, es la intimidad de sus hermanas – nos explicó.

Jasper y yo tuvimos que aguantarnos las ganas de reír ante el comentario, sin embargo oí las suaves risas de Alice y Rosalie del otro lado de la puerta de mi habitación.

Al parecer Edward ya no se pudo aguantar y salió de su habitación fingiendo un bostezo.

- ¿Qué sucede? – preguntó inocentemente.

“El tonito de inocente no te queda Edward” pensé.

- Nada Edward vuelve a dormir – respondió tranquilamente la niñera.

- De acuerdo, buenas noches – dijo Edward mirándonos burlonamente a Jasper y a mí.

- En cuanto a ustedes dos, dormirán en la sala.

- ¿Y si mejor movemos a las chicas? – Jasper intentó convencerla. – Seguro Alice aún no está dormida y estoy seguro que Emmett podrá cargar a Rosalie y pasarla a la otra habitación.

- No, dormirán en la sala.

Para que protestar, no la íbamos a hacer cambiar de opinión, Jasper y yo bajamos la escalera y nos acostamos en los sillones, Helga entró a la habitación y pudimos oír como cerraba con seguro.

Esperamos pacientemente a que dejara de escucharse ruido en su habitación para poder subir a la habitación donde Rosalie y Alice estaban. Entramos y las vimos comparando dos revistas de moda, cuando nos vieron ahí parados sonrieron.

- ¿Está cómodo el sillón Em? – preguntó Rosalie burlona.

- Muy graciosa – comenté y me acosté en la cama con mi cabeza en su regazo.

- Denle gracias a Alice de que no los cacharon en medio de…su acto amoroso – Jasper se sentó en la silla del escritorio.

- ¿Hacen fiesta sin mí? – Edward estaba recargado en la puerta.

No sabíamos que hacer, teníamos aproximadamente seis o siete horas para matar y, aunque la paciencia se nos daba muy bien, queríamos hacer algo. Edward no podía ir a ver a Bella, Rose y yo no podíamos… bueno no podíamos, pero al parecer a Alice y a Jasper no se les hacía difícil esperar a que simplemente amaneciera.

Al principio decidimos jugar cartas, pero Edward y Alice hacían trampa, y como no estaba Esme para evitarlo, decidimos dejar de jugar. Pero como no sabíamos que otra cosa hacer volvimos a quedarnos quietos. Alice y Jasper estaban completamente inmóviles sobre la cama. Edward veía por la ventana sin mirar nada en específico y Rose y yo estábamos abrazados sin hacer nada.

- Ya no soporto más – dijo Rosalie algo desesperada – nunca nos había pasado esto, cuando Esme y Carlisle están aquí no tenemos que fingir que estamos dormidos y ahora no podemos hacer ruido ni nada.

- ¿Y qué quieres que hagamos? Estábamos jugando cartas y se enojaron – Edward le respondió.

- Porque ustedes hacen trampa – Rosalie iba a empezar a gritar si no se calmaba.

“Edward deja de provocarla, si empieza a gritar no nos la vamos a acabar” lo previne mentalmente y Edward enseguida volvió la vista a la ventana.

Y dieron las dos, las tres, las cuatro, las cinco…A las cinco y media Edward, Alice y Jasper salieron de la habitación alegando que iban a arreglarse para la escuela.

- No creo aguantar otras seis noches así – me confesó Rosalie cuando todos se fueron – Jamás me había sentido tan…frustrada por algo.

- Te entiendo pero, ¿qué son seis días comparados con la eternidad?

Y es que sí la entendía, nunca pasábamos las noches así, siempre encontrábamos que hacer, a veces solo nosotros dos, otras toda la familia. Rose se metió a bañar y yo me quedé acostado en la cama sin hacer nada.

No pude resistirme a la tentación de entrar y bañarme con ella así que lo hice.

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