Capítulo 3. Las Presentaciones
Emmett POV
- Bueno niños permítanme presentarme, mi nombre es Helga Franklin Berenstein…
No pude escuchar nada más que su nombre, pues me debatía entre reír o no.
“Edward” pensé y me hermano volteó a verme interrogante. “Sus apellidos” Pero al parecer Edward no le veía lo mismo que yo. “Frankenstein” Por fin entendió y ambos luchábamos por no estallar a carcajadas. Jasper nos volteó a ver, seguramente ya se había dado cuenta de que algo nos daba risa.
Edward se acercó a él y le murmuró a Jasper el por qué nos comportábamos así, ahora los tres tratábamos de no reírnos.
- ¿Les sucede algo caballeros? – nos preguntó mirándonos alternadamente.
- No, nada – respondió Jasper por los tres. Rosalie me dio un codazo en las costillas.
Vi como Jasper se ponía detrás de Alice y le contaba el chiste, ella tuvo que ponerse una mano en la boca para no reírse.
- ¿Qué demonios es tan gracioso Emmett? – me preguntó Rosalie en susurros visiblemente molesta.
Le conté y tuvo que abrazarme para que no se oyeran sus risitas. Y si ella seguía riendo yo acabaría haciendo lo mismo.
- ¿Señorita se encuentra bien? – preguntó Helga a Rosalie.
- Sí, claro – respondió Rosalie soltándome y volteando a verla.
- Bueno ¿por qué no se presenta usted entonces? – le pidió.
- Sí, me llamo Rosalie Hale, fui la segunda a la que Carlisle y Esme adoptaron – dijo estrechando la mano de la niñera.
- ¡¡Niña pero que fría estás!!
- Es que…me acabo de lavar las manos.
En ese momento ninguno pudo contener la risa, todos soltamos la carcajada. Rosalie tampoco lo pudo evitar. Al vernos reír la niñera nos vio extrañados pues no era una risa cualquiera, eran unas carcajadas bastante fuertes.
Ninguno de nosotros podía parar, pero si no hacíamos algo pronto la niñera pensaría que estábamos locos. Además de que Jasper y Alice se estaban abrazando y la niñera los veía con malos ojos.
- Chicos por favor basta, guarden silencio – pidió Helga, nosotros como pudimos dejamos de reír.
- Lo sentimos, mi nombre es Edward Cullen y fui el primero a quien adoptaron – mi hermano se presentó y estrechó la mano de Helga, quien percibió lo fría que era la mano de Edward, pero ya no hizo ningún comentario.
- Yo soy Alice Cullen y fui la última a quien adoptaron – saludó Alice sin estrecharle la mano
- Yo soy Emmett Cullen y fui el tercero en llegar a la familia- dije inmediatamente.
- Y yo soy Jasper Hale, soy el gemelo de Rosalie y llegué con ella – finalizó Jasper.
La niñera nos volvió a inspeccionar con la mirada, al parecer estaba tratando de ubicarnos por nuestros nombres.
“A ver a que hora deja de mirarnos y nos dice algo más” pensé y Edward me volteó a ver y asintió con la cabeza, al parecer estaba de acuerdo conmigo. Tras otros minutos de silencio la niñera volvió a hablar.
- Bueno sus padres me dijeron que mañana tienen escuela – comentó la Niñera y todos asentimos - ¿Ya hicieron todas sus tareas?
Las chicas asintieron, Jasper, Edward y yo nos volteamos a ver. Ese fin de semana nos habíamos ido todos de caza, pero las chicas volvieron el sábado y nosotros apenas hoy un poco antes de que Carlisle y Esme se fueran, obviamente no habíamos hecho nada.
- ¿Y ustedes chicos? – nos preguntó. Jasper negó con la cabeza y Edward y yo murmuramos que no. – ¿Ya son las seis y no la han hecho? Les debería de dar vergüenza.
“¿Y a ella qué? Ni Carlisle ni Esme nos hablan así” Edward asintió ante mi pensamiento. Ellos jamás se preocupaban de sí hacíamos la tarea o no. Entonces comprendí. Ellos ya sabían que nosotros ya habíamos visto eso miles de veces y la niñera no, ella creía que íbamos a la escuela a estudiar no a aparentar.
- Disculpe…
- Díganme Helga – pidió la niñera.
- …Helga, mis hermanos estuvieron de campamento este fin de semana – nos intentó excusar Rosalie.
- Esa no es razón para no hacer los deberes de la escuela Rosalie – dijo la niñera – Ustedes tres se van a ir a hacer la tarea y ustedes chicas pueden hacer lo que quieran, la cena la sirvo en una hora, y espero que para entonces ya hallan acabado.
Los cinco subimos las escaleras y nos fuimos a la habitación de Edward, siempre que teníamos un problema nos íbamos a su habitación. Jasper y Alice se sentaron en el piso. Edward se fue a mirar por la ventana y Rose y yo nos sentamos en el sofá.
Ninguno sabía que decir, ni que pensar. Habíamos conocido muy poco de Helga y la risa que nos había causado lo de sus apellidos se había esfumado después de lo que dijo de las tareas.
Voltee a ver a Edward, el chico no había dicho nada, estaba concentrado viendo el bosque. Jasper y Alice estaban abrazados intentando calmarse el uno al otro. Rose no hacía nada y yo simplemente me limité a jugar con su cabello. Este no era un buen inicio.
- Ella cree que estamos muy maleducados – comentó Edward. Él volteó hacia nosotros y nosotros lo miramos fijamente esperando a que continuara. – Piensa que Esme y Carlisle nos dan muchas libertades y que nos tienen muy consentidos.
- Como puede decir eso si no nos conoce – Rosalie había vuelto a enfadarse.
- Bueno piensa que como es posible que nos hayan dejado ir de campamento sin revisar antes que ya habíamos echo la tarea – Continuó Edward.
- Chicos piensen un momento en que ella cree que nosotros estamos estudiando de verdad, ella no sabe que esta es la…novena vez que estudiamos lo mismo – intenté calmarlos.
- Emmett tiene razón no podemos culparla por ello – dijo Edward apoyándome.
De ahí empezamos a discutir sobre lo que íbamos a hacer. Jasper estaba molesto, Alice indignada, Rose furiosa, Edward y yo éramos los únicos que tratábamos de estar tranquilos, pero también estábamos atentos a cualquier cosa.
Volvimos a nuestras respectivas habitaciones. Edward puso algo de música para tranquilizarnos. Entré con Rose a nuestra habitación y cerré la puerta. Me dirigí a mi escritorio para hacer la tarea que no era difícil, simplemente tenía que resolver unas diez ecuaciones.
Antes de comenzar voltee a ver a mi esposa, ella estaba acostada boca abajo en la cama inmóvil, sonreí y me dispuse a empezar la tarea. Al abrir mi cuaderno vi que las operaciones ya estaban hechas, hasta abajo había una pequeña nota:
“ Te Amo, mi Oso favorito ” La letra de Rose me encantaba y el pequeño detalle me hizo muy feliz, me levanté silenciosamente del escritorio y me acosté suavemente junto a ella y le acaricié el cabello y la espalda.
- Gracias nena – le dije al oído, pero ella no volteó.
- No sabía que hacer mientras seguían de caza – me dijo sin moverse aún – te extrañé mucho – admitió volteando a verme por fin.
- Y yo a ti preciosa – le dije antes de besarla.
Jasper POV
- ¡¡Ya está la cena!! – oímos el grito de Helga una hora después.
Después de haber hablado todos en la habitación de Edward, Alice y yo nos habíamos ido a la nuestra. Hice los deberes en menos de veinte minutos, todo eso ya me lo sabía de memoria. De repente empecé a sentir que el amor inundaba el ambiente.
Seguramente eran Emmett y Rosalie. Voltee a ver a Alice, parecía aún absorta en el libro que estaba leyendo.
- Te amo – me nació decírselo al sentir tanto amor.
- Yo también Jas – me sonrió y me mandó un beso desde donde estaba.
Ahora me empezaba a preocupar lo de la cena y las comidas, no la podríamos evitar toda la vida. Cuando salimos de la habitación Emmett y Rosalie salían de la suya, Edward no tardó en unírsenos.
Llegamos al comedor y lo que nos esperaba no podía ser peor. Había una gran cantidad de fruta en un platón, había leche, café, pan dulce y algo que se veía asqueroso.
- Espero que ya hallan terminado sus deberes – nos dijo la niñera, nosotros asentimos sin dejar de ver la comida – Como vienen del campamento pensé que tendrían hambre – Al parecer nuestras caras le dieron esa falsa idea.
“Si en el campamento comimos de más” pensé y Edward se rió levemente, lo voltee a ver y sonreí.
Todos nos sentamos, por nuestras caras todos pensarían que íbamos a nuestro funeral. Nos quedamos viendo sin saber que hacer.
- Se ve delicioso – animó Alice – ¿qué es?
- Hígado encebollado – respondió la niñera.
Todos dejamos de respirar en ese momento. Nos volteamos a ver y me di cuenta de que todos teníamos cara de asco.
Menos mal que no nos sabría a nada. Tímidamente empezamos a servirnos fruta en el plato.
- Momento chicos, aún no damos las gracias – nos detuvo Helga. No pudimos evitarlo esta vez, nos reímos un poco, pero al ver su mirada nos callamos. – ¿Es que no agradecen antes de comer?
- Es que si no nos damos prisa la comida se nos escapa – dijo Emmett y todos volvimos a reír.
- Edward podrías por favor dirigir la oración de gracias – pidió la Niñera.
- Sí, claro – aceptó Edward. – muchas gracias por la comida que vamos a…ingerir, por tener comida en nuestra mesa y por poderla “saborear en familia”.
Una sonrisa se curvó en nuestros labios, Rosalie fingió tirar la cuchara para poder reírse y yo al verla solté una pequeña risa.
- Bien Edward – felicitó la niñera.
- Amén – dijimos todos.
Nos empezamos a servir nuevamente y un pensamiento abarcó toda mi mente.
“¿De dónde sacó el hígado?”. Un pedazo de manzana me golpeó en la cabeza y vi a Edward mirándome con asco. Voltee a ver a la Niñera pero al parecer no se dio cuenta. Tomé un plátano y se lo aventé, cayó en el paragüero que había en una esquina del comedor.
Edward vio que tras de mí había un bote de basura y aventó otro pedazo de la manzana y cayó en el cesto. Nos miramos sonrientes, habíamos encontrado la manera de no comer.
Pronto Rose se nos unió junto con Alice, pero Emmett quería un reto mayor, por lo que aventaba todo por la ventana. A la velocidad en que lo hacíamos Helga no lo notaba y pronto habíamos acabado con todo.
- Vaya si tenían hambre muchachos – exclamó Helga al ver todo vacío.
- Es que el campamento nos dejó agotados – respondió Emmett.
- Sí, teníamos que cargarnos bien el estómago – dijo Edward y todos volvimos a reír.
Bueno, antes de que se vayan a dormir tenemos que limpiar. Edward y Alice ustedes recogerán la mesa, Emmett tú tirarás la basura, Rosalie y Jasper lavarán los trastes y yo los guardaré – fueron las instrucciones que nos dio la niñera.
Alice y Edward empezaron a recoger los platos de la mesa y vi como Emmett ágilmente tiraba la comida del paragüero en el bote de la basura. Rose y yo comenzamos a lavar los platos, ella los enjabonaba y yo los enjuagaba y los acomodaba para que Helga los secara y guardara.
Cuando terminamos, miré el reloj, las ocho quince. “Esta noche va a ser muy larga” Suspiré y me senté en el sillón. Alice se fue a sentar a mi lado, al poco rato llegaron los demás. Emmett prendió la tele y puso una película de acción que estaban pasando.
- ¡Pero qué cosa más horrible! – exclamó la niñera.
- Es solo una película – dijo Rosalie.
- Pero tendrán pesadillas.
“Si pudiéramos dormir” pensé con sarcasmo.
Entonces la niñera le quitó el control a Emmett, se sentó en una silla y puso un programa de cómo se fabrican las latas de los refrescos. Estuvimos una hora todos sentados sin movernos, sin ver el programa. Cuando acabo la niñera apagó la televisión y sonrió satisfecha.
- Fue un programa muy educativo, y mejor que su película – dijo volteando a vernos. – bueno creo que deben de estar cansados, deberían irse a dormir ya.
Todos nos apresuramos a levantarnos del sillón rápidamente, le deseamos buenas noches y nos fuimos de ahí antes de que nos dijera nada más.
jueves, 25 de diciembre de 2008
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