viernes, 28 de noviembre de 2008

Crepúsculo


"Crepúsculo" es romanticismo Light, es presentar los fervores amorosos de la adolescencia en clave de vampirismo, esto es a grandes rasgos lo que expone la película "Crepúsculo", que a su vez es una adaptación de la novela "Amanecer" –best seller- que ha causado furor entre jóvenes lectores, el éxito de "Crepúsculo", tanto la novela como en el cine, no es para menos, pues a través del moderno mito del vampiro se construye una historia de entramado ingenioso, americanizado y con ciertos simbolismos conscientes e inconscientes, así pues asistimos una vez más a la eterna resurrección cinematográfica del mito, que desde su fundación literaria, en el canónico relato de Bran Stoker, ha sido objeto de cientos de versiones y variaciones fílmicas, y precisamente una de sus fascinaciones reside en la curiosidad que despierta cada nuevo relato y su puesta en escena.

"Crepúsculo" sin llegar a la excelencia formal o emotiva, en su contenido tiene un planteamiento interesante que se coloca desde la perspectiva del mundo adolescente, logrando un relato verosímil, retomando algunos elementos de la vieja historia, como lo es su proverbial eternidad, los deseos sedientos de sangre, los poderes de ubicuidad, velocidad y fuerza sobrenaturales, la infaltable palidez, la extrañeza que produce la presencia de corporeidad atractiva, que sirve más a la seducción física y galante, este último punto, en "Crepúsculo" no sólo es evidente, sino que es la parte principal que define a la película como un relato de amor juvenil y complaciente.



La autora Stephanie Meyer ha sabido apropiarse del mito literario y le ha agregado algunas variantes y rompiendo ciertas convenciones donde, `por citar algunos ejemplos, estos vampiros jóvenes tienen cuerpos inmunes al sol y ahora ya no se deterioran, sino al contrario se embellecen y literalmente brillan, pero más interesante es la parte conceptual que expone una lucha del personaje central entre su naturaleza salvaje, característica primordial de un vampiro, al tiempo que trata de asumir una posición diferente, una actitud civilizada (ética) de no matar y respetar al prójimo, en otras palabras aceptar su trágica condición de inmortal al mismo tiempo que integrarse a la sociedad, dejar atrás su maldición y las sombras, en concreto la película en el fondo plantea la dicotomía de naturaleza vs. cultura, al presentarnos a un vampiro caballeroso y que se enamora tratando de hacer a un lado su instinto salvaje.



Es esta parte de la historia, que sin ser totalmente novedosa, si al menos es la más atractiva en términos de un conflicto existencial muy propio de un vampiro que se aburre de nuestro tiempo, aunque si es de extrañarse y objeto de reclamo el que no aparezcan los clásicos colmillos, lo cual también arroja una lectura de alejamiento de la violencia, los pocos chupados en la película se captan desde una cámara lejana, apenas insinuados y la historia más bien se concentra en el romance juvenil y en el surgimiento de una generación de vampiros, jóvenes y atléticos, dispuestos a asimilarse al mundo civilizado, especialmente a la vida americana y que pareciera estar también dispuestos a entrar al universo de los superhéroes.



Resulta obvia la admiración que la autora revela hacia los jóvenes, y quizá sea esa la clave de su éxito al capturar ese mundo juvenil con todas sus tipificaciones: la vida colegial, sus conflictos con los mayores, sus valores e intereses incluyendo por supuesto las tonterías propias de la edad y del ambiente.



La adaptación fílmica de "Crepúsculo" resulta creíble y correcta, entretenida en su desarrollo, jamás se desborda, mantiene la serenidad de su propuesta sobre las aventuras de un mundo juvenil vampírico, pero aún dentro de esa corrección y sus ligeras novedades, para nuestro gusto le falto emoción y misterio.



"Crepúsculo". Estados Unidos. 2008. Director: Catherine Hardwicke. Guión: Melissa Rossenberg y Greg Mooradian. Fotografía: Eliot Davis. Con: Kristen Stewart, Robert Pattinson, Peter Facinelli, Elizabeth Reaser y Ashley Greene.

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